Recuerdo una ocasión en una junta de trabajo durante mi gestión gerencial en una línea aérea, estábamos reunidos en un salón representantes de hoteles, restaurantes, operadores turísticos, prestadores de servicio; y alguien del grupo pregunto: ¿Por qué no se pone un avión hacia el destino a ver quien se sube?.
Me atreví a contestar que ninguna línea aérea se arriesgaría a ofertar asientos sin haber la demanda, como lo haría cualquier empresa departamental o de servicio, de la cual su decisión depende de la densidad de población.
La propia naturaleza del destino es de por si su principal atractivo que agregado a la hospitalidad de su gente resulta ser un activo detonante para generar el interés del público y eventualmente de los inversionistas, es decir, para los corporativos primero se necesita que exista la demanda necesaria a fin de considerar la posibilidad de ofertar sus servicios o productos.
Finalmente hay muchos destinos privilegiados por la naturaleza y solo algunos han logrado crear su marca ó sello que los distingue entre los otros. Su población sabe muy bien que viven del turismo y se han preocupado por mantener y promocionar sus bellos paisajes, sus lugares arqueológicos, su infraestructura, su gastronomía, su cultura, su tradición y folklore; pero saben también que no es suficiente el atractivo ante la competividad que existe y se han atrevido a ir mas allá apostándole a invertir en la creación y desarrollo de infraestructura de actividades recreativas con el fin de mantener su posicionamiento.
Curiosamente hay algunos destinos privilegiados con atractivos naturales que permiten establecer en su territorio industrias procesadoras de sustancias químicas peligrosas que contaminan el ambiente, que aunado a la falta de actividades logran perder su importancia, viéndose obligados a contratar líneas aéreas en riesgo compartido.
Que pasaría si, nos atreviéramos a dar un paso más allá, dejar de depender de instituciones reguladoras y administradoras costosas para darle oportunidad a la libre empresa e inversionistas con aguda visión e interés en crear y desarrollar verdaderos parques recreativos, de actividades extremas, ecológicos en lagunas, ferias de diversiones y juegos mecánicos, museos, mundo submarino, acuario de peces, delfines y ballenas, tortugarios, club de skies, campos de golf públicos, restaurantes sobre muelle de botes de pesca, flotilla de botes de pesca, decente transporte público, entre muchos otras actividades turísticos.
Tal vez sea solo un sueño pero así empezó Eiffel, Disney, Sea World, Six Flags, Taj Mahal, Golden Gate, Las Vegas, entre muchos otros lugares exitosos.
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